14 marzo 2006

Hablar mal para diferenciar. Un paradigma usual


En La Tercera del Domingo aparece un reportaje a la figura de Julio Olalla, en referencia al apoyo que prestó a la reunión de Marbella, aspecto al cual me referí en mi post anterior, sobre la importancia de esta aproximación para un eficaz trabajo en equipo

En este nuevo artículo me llama la atención el énfasis del autor del artículo de resaltar la figura de Julio Olalla, a partir de mostrar las diferencias con Fernando Flores, omitiendo que éste es el creador de este enfoque de trabajo en equipo.

Por supuesto, esta nueva disciplina creada por Fernando Flores, admite múltiples variantes, y cada uno de los que la practicamos le imprimimos un particular estilo, incorporando el aporte de otras disciplinas. Sin embargo no es posible desconocer, ni negar las raíces, en este caso, el fundamental aporte de Fernando, como lo reconoce explícitamente el socio de Julio Olalla en la creación de Newfield, Rafael Echeverría, en su libro La Ontología del Lenguaje, y en una entrevista que cito en un post anterior.

Conociendo a Julio, y habiéndolo tenido como uno de mis instructores en mi certificación de Coach, y habiendo ejercido posteriormente el rol de supervisor en sus cursos por dos años consecutivos, no creo que él haga la diferenciación en los términos que el articulista señala. Creo que más bien, el artículo refleja la presencia de una costumbre tradicional de nuestra cultura; en lugar de mostrar las diferencias, hablar mal de aquello con lo que se pretende contrastar.

Esta costumbre, propio de un paradigma dualista, cartesiano y maniqueista, que ve las partes y no el todo, genera divisiones en vez de sumas, impide valorar los aportes y riqueza de las diferencias, genera separaciones en vez de unión, odiosidad en vez de cercanía, impide la emoción de la gratitud a los diversos aportes, y normalmente no vemos los efectos y empobrecimiento que genera esta forma de mirar el mundo y de comunicarnos.

La visión del todo es un elemento fundamental del estilo que queremos, y podemos construir

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Otra explicación que se me ocurre, menos profunda por cierto, es que el periodista y/o el diario, ven a Fernando Flores como una amenaza y a Julio Olalla no. Lo que a mi juicio, hablaría muy bien de Fernando Flores.

Natho47 dijo...

Las diferencias y las opiniones divergentes son parte del todo ,que nos custa incorporar a nuestro disco duro.

Iris dijo...

Raúl, ¿mala intención? ¿falta de visión?

saludos

Anónimo dijo...

La lógica de los opuestos, como mencionas, es parte del paradigma que se despide.
En el caso puntual, no me sorprende que el mundo del periodismo deslice tentaciones manipuladoras.