25 mayo 2005

Trascendiendo las mediciones para no matar el espiritú

En un reciente articulo de Recorramos Juntos bajo el título de Asesinatos, se apunta a la relación entre People Meter y la televisión, entre el Simce y la educación, entre las encuestas y la política, o sea parece apuntar que la medición mata lo que quiere medir.

En gestión, especialmente la que nos enseñaron los Japoneses y que se plasma en el Modelo del Premio Nacional a la Calidad, se nos enseña como paradigma fundamental que lo que no se mide, no se puede mejorar, en otras versiones indican que lo que no se mide, no existe. Adicionalmente tenemos la experiencia de que medir nos genera poder de acción sobre lo medido.

La contradicción parece evidente, y claramente ambos planteamientos se basan en sólidas evidencias.

Creo que si lo matizamos podemos tener algunas pistas.
La medición puede matar el espiritú, especialmente si la usamos para tener control de lo medido, al mismo tiempo si no medimos, perdemos capacidad de acción en el objeto de nuestra acción.

Mantener el foco en lo que queremos hacer con la televisión, con la educación, con la política, con la gestión, nos ayuda a superar lo que el filosofo perenne Ken Wilber ha llamado la falacia pre-trans, presente en muchos aspectos de nuestras vidas ecología-desarrollo emocionalidad-razón, etc propio del mundo dualista que nos dejó Descartes

9 comentarios:

Marcela Topaz dijo...

Hola Raúl, respecto del artículo me pregunto ¿qué es aquello que requiere medición?, ¿porqué necesitamos controlar?, ¿será la falta de confianza? Creo que se produce el enlace entre la medición y el miedo, el miedo con el cual este sistema nos agarra y nos controla.
A mi particularmente la televisión me oscurece la conciencia, la utilizo como una evasión, estoy con una pena, con una rabia, y agarro el control remoto la enciendo y puedo mirar 4 horas de TV entre películas, shows, todo tipo de entretención, lo que finalmente me impide conectarme conmigo misma.
Me gustaría conversar de esto, sabes cuál es el tema de conversación de gran parte de los chilenos hoy día, la Granja Vip, la gente vive lo que les pasa a estas personas con tanto entusiasmo, que yo me digo, ojalá hablaran así de sus propias vidas, ojalá se preocuparan de sí mismo tanto como de ese programa.

Unknown dijo...

Gracias Marcela
La palabra control tiene múltiples escuchas, acá la uso en la misma forma como puedes controlar el nivel de bencina de tu auto para no quedar botada, o el velocimetro para que no te pasen un parte.

Puede verse como falta de confianza a que la bencina te dure para siempre, lo mismo con el miedo.

Respecto a lo que mencionas que te pasa con la TV, o a la mayoría de los chilenos con la Granja Vip, de eso se trata precisamente. En la medida que estemos conciente para que vemos lo que vemos, lo mas seguro es que cambiemos de hábitos

Christian Nicolai dijo...

Estimado Raúl, tu artículo coincide con una preocupación reciente: "¿Las encuestas que vemos en Chile son una correcta medición de preferencias reveladas o el público termina siguiendo las encuestas?" Al escribir esto, seguramente por mi formación, se me vino a la cabeza Heisenberg, su principio de incertidumbre y como interactuamos con lo que medimos.

Anónimo dijo...

Raúl, me queda la sensación que la palabra "medir" restringe, acota procesos a parametros rígidos, pareciera tengo una escala y la aplico, lo que no entra en dicho parametro,cómo lo miro, lo muestro, lo relato? la medida entonces, no da cuenta de todo el proceso sino sólo de lo que se quiere mirar (o controlar?)
un abrazo

Unknown dijo...

Gracias Christian, bienvenido a esta página.
Me hace sentido tu comentario, especialmente cuando recuerdo lo que nos dicen los físicos, que las particulas se comportan de acuerdo a como las observamos, como si les gustara complacer al observador.
¿Viste la obra de teatro Copenhague?
Un abrazo

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Distingamos que es necesaria la diferenciación entre elegir el mejor instrumento para medir "precisamente" lo que quiero saber; con, que en el mejor estadio de medición posible, esa información sea una "buena" aproximación de esa realidad particular, claramente construida multicausalmente.

Ambos casos obligan a reconocer que la realidad no es, sino se interpreta (para los fines que se estimen).

Sin embargo, en gestión, no asumir esta aproximación como una de las luces posibles, es entregarse a la intuición como método que -concédeme- puede llegar a tener una variabilidad superior. Por otra parte, si el temor radica en que medir es interferir, dentro de nuestra dinámica sistémica ¿que acción no genera reacción?.

Desconocerlo es dar mucha ventaja o derechamente asumir una cándida ingenuidad.

Anónimo dijo...

¡Hola Raúl!, con respecto al tema del artículo pienso que los sistemas de medición actuales están afectados por un paradigma competitivo, lo que nos lleva a medirnos no para mejorar sino para ganar, es decir, se invierte la lógica de los modelos de excelencia, donde primero solicitamos la evaluación y mejora y luego el benchmarking. En el sistema actual nos saltamos el objeto de la mejora y utilizamos los datos para demostrar que somos mejores y si no lo somos, hacemos trampa, descalificamos el método,o simplemente no medimos .

Leonardo Martínez dijo...

Hola, lo que pasa es que hay que evaluar lo que se tiene que medir y determinar si este indice es correcto de acuerdo con la estrategia de la empresa, en el caso de la televisión no miden el nivel cultural que entregan, por tanto, matan también lo que no miden. Si estuviera considerado como un índice complementario tendríamos una mejor televisión ("dentro de lo que se le puede pedir")