14 septiembre 2005

Educando nuestra capacidad para vivir las emociones



En el post Viviendo las emociones. Rechazo o adicción, Soledad Vial comenta su adicción a las emociones y la equipara a la adicción a la respiración. Siguiendo la línea argumental del post anterior, podemos decir que Soledad reclama su adicción a estar viva, alerta a sus emociones, a diferencia de ese estado alertargado en que muchas veces nos encontramos, en que mas que vivos, lo que estamos es sobreviviendo.

Así las distincias emociones que reconocíamos en el post, son sólo distintas formas de estar vivo, y en una predisposición a acciones distintas según la emoción en que nos encontremos.

En el mismo post, Nicasio Cova me corrige y me indica es Rafael Echeverría quién indica que las emociones son predisposiciones para la acción, mientras que Humberto Maturana indica que son disposiciones corporales que especifican el dominio de acción. Esta diferencia me permite volver sobre el tema de las adicciones, si es una disposición corporal, no me parece llamarle adicción, y prefiero reservar ese término, para reflejar nuestra dependencia de factores externos para generar la emoción que requerimos, cuando queremos arrancar de ese estado apegado en que nuestra emoción no aflora. Factores externos como el que indicaba en el el peligro de la adicción a la adrenalina.

Y precisamente el que las emociones sean disposiciones corporales es que permite el entrenamiento del cuerpo en su capacidad para experimentar las emociones que requerimos, entrenamiento muscular según la bióloga Carmen Cordero. Esto implica que podemos prescindir de los estimulos externos de los cuales si podemos convertirnos en adictos.

Otra aproximación de entrenar mi cuerpo en predisposiciones corporales, que me ha tocado conocer y disfrutar, ha sido a través de Daniel Taroppio que ha desarrollado la danza primal, destinada esta vez a energizar los centros energéticos del cuerpo, basado en la milenario concepto de los chacras.

Otras aproximaciones son: la práctica del teatro, yoga, artes marciales, etc, donde nuestro cuerpo se expande, flexibliza, permitiendo así nuevas acciones.

Surge así la posibilidad apasionante de entrenar nuestro cuerpo para sentir mas las diversas emociones, entrenamiento al cual hacía referencia en el post anterior, sin necesidad de fuertes estimulos externos.

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