17 abril 2005

Generando desapropiación en las Organizaciones

Uno de los enemigos de la efectividad organizacional que es mas frecuente encontrar, es personal que no se encuentra apropiado de su rol y del éxito organizacional. Fernando Flores lo ha identificado como el mal del siglo, caracterizandolo como falta de sentido de vida y nihilismo.

Sin entrar en las consideraciones mas profundas de tipo cultural que esto implica, me interesa apuntar hacia conductas y diseños organizacionales que promueven esta situación y las consecuencias que genera.

En mi entender, se basa en uno de los paradigmas que han permeado nuestras organizaciones desde la revolución industrial, la falta de confianza en el Ser Humano y sus potencialidades, eso ha llevado a la necesidad de controlar en forma estrecha lo que hacemos, es frecuente escuchar frases, "es necesario estar encima", "hay que chicotear" y frases por el estilo.

Esta desconfianza toma la forma del autoritarismo, yo soy el que sabe como se hacen las cosas y tu debes obedecer" y/o la forma de paternalismo, "yo te cuido por que tu no sabes cuidarte solo"

Estas formas hacen que la persona tienda a mirar a su Jefe "Papá" en espera de instrucciones, y espera de regaño o aprobación, se vive en la emoción del miedo.

Y la imagen del Padre es ilustrativa, efectivamente este cuida a sus hijos chicos, e imponer limites para que estos puedan crecer y desarrollarse, es útil desconfiar de su capacidad para enfrentar determinadas situaciones, sin embargo, progresivamente suelta los controles e incluso empuja al hijo a que tome mayores riesgos.

Nuestras burocracias, privadas o públicas, no ven la posibilidad de desarrollo de su personal, lo consideran niños chicos a los cuales hay que controlar y limitar, sin apostar a su desarrollo, arriesgando y alentando la posibilidad de cometer errores, base de la innovación y creatividad. En el Estado, los diseños organizacionales de Educación, Salud, Obras Públicas, por mencionar sólo algunas que conozco, se basan en la desconfianza y evitar que el personal pueda equivocarse. El precio que se paga es la desapropiación, la falta de innovación y personal deprimido

Aprender a ejercer la confianza, tomando riesgos, es un camino de desarrollo organizacional que podemos ejercer y que puede muy rentable y sanador de las organizaciones y de los individuos que la forman

1 comentario:

Carlos Insunza Rojas dijo...

Pensando en la instituciones públicas, me parece que a partir de la quiebra del paradigma burocrática, se abre el campo para nuevas formas de empoderamiento de los funcionarios (o nuevas formas de apropiación ...)
Rompiendo con la división de los roles funcionario y ciudadano ... poniendo a los ciuadadanos usuarios de los servicios públicos al centro del accionar ... pofundizando la democracia y el control ciudadano en la toma de decisiones ...
quizas, se abre también desde dentro de las instituciones espaci0os para que los estados se pongan al servicio delas mayorías de nuestros pueblos.