En una sesión de coach, conversabamos como los mismos principios que nos orientan en la organización nos orientan en la vida, especificamente mencionabamos tres aspectos:
Como convertir las inquietudes en proyectos, pasar de estar preocupado a hacer un proyecto, esto es objetivo a obtener, identificar actividades, metas, indicadores, etc. Normalmente vemos los proyectos ligados a los aspectos "duros", sin embargo también podemos hacer proyectos de desarrollo personal como en este caso, el cuidar las formas de decir las cosas sin renunciar al valor de la transparencia. Si no imaginamos el proyecto, podemos tener el proyecto de tener un proyecto.
El segundo aspecto, derivado del anterior, es la consideración del otro en nuestras relaciones, y ahí conversamos de ver al otro como un cliente, no importa si se trata de un cliente real, un jefe, un proveedor, un subalterno, o la pareja, un hijo, etc.. y en nuestro trato, cuidar al otro en la relación, en lo que decimos. Recordabamos la regla de los tres filtros antes de hablar, entiendo que es de Socrates. Los tres filtros dicen que antes de hablar, chequear a) ¿es verdadero? b) ¿es necesario? y c) ¿es compasivo?
Y todo esto, en relación a la pregunta de que queremos en la vida, las respuestas salen simple, Estar contento, pasarlo bien, y ser feliz, conversamos y concordamos que estos en mismos, nos tienden a dejar un sabor amargo sino incluimos el placer de servir al otro, y como este es un principio que nos permite realmente cumplir con nuestro objetivo que aparece primero de ser feliz, estar contento y pasarlo bien
Lo invito a preguntarse cuales son los intereses de algunos clientes, su pareja, su jefe, su secretaria, etc ¿que riesgo corre de perder estos clientes? ¿que tanto están felices con nuestra forma de servirlos?
07 abril 2005
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