30 mayo 2005

Nuestro amigo El Miedo, o el peligro de la adicción a la adrenalina

En El Mercurio de hoy, viene un articulo Miedo ¿Que es eso? donde destacan el ejemplo de mujeres que parecen no tener miedo y buscan el placer en la adrenalina que le producen los deportes extremos.

El miedo es usualmente visto como una emoción de los débiles, una emoción que hay que desterrar. En muchas sesiones de coach, el ejecutivo me indica que no tiene miedos y como ejemplo, uno de ellos, me ponía su adicción a los deportes extremos.

Sin embargo, me gusta considerar el miedo como la emoción que me avisa que hay un peligro, un riesgo, y desde ahí tomo resguardos. Si tengo mucho miedo, tomo muchos resguardos y no tomo riesgos, tampoco tengo libertad, tampoco vivo. Por el contrario, si no tengo miedo, no tomo resguardos, me expongo y expongo a otros. Me pregunto si no habrá sido en caso de los oficiales que mandaron a la tropa en Antuco, en una cultura donde exponer los miedos es señal de cobardía.

Recuerdo una charla con Rodrigo Jordan, quién indicaba que el miedo era lo que les llevaba a hacer una cuidadosa planificación, y de esa forma minimizaban los riesgos. El miedo es así una poderosa herramienta gerencial, es la emoción que se requiere en la planificación.

Así, mas que no tener miedos, lo que pasa a muchos directivos es que han aprendido a no tomar contacto con sus miedos, han roto "el termometro" de la sensación de miedo, no son capaces de percibirlo, mirarlo, compartirlo, y ver lo que tienen que decirle, desde ahí no es posible tomar precauciones.

El no sentir las emociones, y al mismo tiempo necesitarlas para sentirnos vivos, es lo que lleva a muchos a la pasión por los deportes extremos, en la adrenalina, sienten, se sienten vivos. El drama es que esas personas tienden a requerir dosis cada vez mayores de adrenalina y pierden mas contacto con sus sentidos. Un budista me enseñó que hay otra aproximación posible, entrenar nuestro cuerpo para sentir, así puede sentir intensamente con la apertura de una flor, con el viento que acaricia su piel, con un amanecer, con un atardecer, con la sonrisa de un niño, etc, en general con cada momento de la vida. Las personas que lo logran, los artistas, los poetas, las personas que practican espiritualidad, no requieren deportes extremos para sentirse vivos.

Un poderoso aprendizaje gerencial es enseñar a los ejecutivos a mirar, apreciar y exponer sus miedos. Ello los acerca a sus subordinados y permite lograr su apoyo. Un poderoso cambio de paradigmas

4 comentarios:

Marcela Topaz dijo...

Que buen artículo Raúl, me hace reflexionar. Sabes creo que hay gente adicta al miedo, por ejemplo personas uqe están en relaciones donde son maltratadas, y se quedan ahí, porque eso es lo que conocen de pequeños. También sucede en las empresas, jefes que maltratan a sus empleados y ellos permanecen ahí, porque es lo único que conocen. Incluso relacionan el amor con el maltrato, quien me ama me maltrata.... muchas veces me pregunté porqué estás personas se quedan ahí...

Anónimo dijo...

Raúl;
El miedo!
esa emoción y reacción que reconocemos sin dudarlo frente a un terremoto u otras vivencias con la naturaleza pero que nos cuesta tanto sentirlas e identificarlas en nuestras relaciones humanas, ya sea en nuestros trabajos,con nuestros amores, con los hijos,con los amigos(as),en las organizaciones sociales o políticas en donde participamos.

Estoy aprendiendo que el estres tiene mucho que ver con no poder conectarse con lo que uno vive como una amenaza o miedos y provoca diferentes grados de paralización pudiendo llegar a enfermarnos o deprimirnos.

Abrirle las puertas y mirar de frente a nuestros miedos como parte de lo que somos en esencia,nos devuelve una calides, nos permite recargar y movilizar nuestras energias y darle la bienvenida a nuevas desiciones y, lo más bonito, a la creatividad.

Carlos Insunza Rojas dijo...

creo que el tema que planteas como "desconexión de las emociones", en mis paradigmas se interpreta como la fragmentación de los seres humanos que producen nuestras sociedades ...
es esta fragmentación la que impide no sólo reconocer las señales que nos dan las emociones y el físico, sino también reconocernos en los demás ... reconocernos seres sociales y colectivos ... lo que nos lleva a fuertes niveles de inmovilismo.
asi mismo es muy llamativo este tema de los deportes aventura y otras formas en que el mercado intenta suplir, para algunos (los que pueden pegarlo) esta fragmentación y negación ... el problema es que intenter resolverlo desde la oferta del exterior pareciera "tener las piernas cortas" ...

Anónimo dijo...

Me causa risa tu vision, tu observacion y argumentacion.