14 junio 2005

Vivir en el agobio, o el aprendizaje en tomar decisiones

En las conversaciones sobre la tecnología en general, y ahora con los blogs en particular, es frecuente la reacción del agobio, ¡una cosa mas que aprender!, y la petición muchas veces expresa, que el mundo vaya mas lento, para que puedan alcanzar a subirse.

Lo que está claro es que la evolución del mundo no va a parar para que algunas personas puedan alcanzarlo, y reclamar por eso, sólo nos genera mas agobio.

En una conversación con amigos sobre este tema, nos pareció que lo que está a la base o subyace a esta sensación de agobio, es nuestra capacidad de tomar decisiones. Tomarlas en forma rápida y sin sensación de culpas, y eso lo relacionábamos con nuestra capacidad de saber lo que queremos, y tenerlo a la mano para guiar nuestras decisiones.

Parece tan obvio eso de saber lo que queremos y claramente no lo es. Tomar decisiones implica usualmente perder la opción que no se toma, y claramente una vez tomada la decisión, lo que perdimos es sólo una especulación, sólo en ocasiones una certeza, y, aferrarse a ella nos causa daño.

Tomar decisiones nos va ayudando a construir el tipo de mundo en el cual aspiramos a vivir, y ello no es trivial. Aprender a tomar decisiones, conciente del tipo de mundo en que queremos participar, sin quedarse pegado en las decisiones que no tomamos parece fundamental y nos ayuda a elegir sin agobio frente a las múltiples opciones que se nos presentan cada día.

Un error clásico proviene de nuestra concepción de la toma de decisiones ligada a la información, el supuesto es que a mayor información, mejor la decisión. Este paradigma es cierto para algunas situaciones, pero desconoce que hay un kairos, un momento para la decisión que en ocasiones no espera, y esperar a tener mejor información hace sólo perder ese kairos.

Una persona que sabe lo que quiere, va tomando decisiones sobre la marcha, a menudo sin reflexión, como un surfista que va montado en la ola. Y lo importante al igual que el surfista que aprendió a surfear, es aprender a decidir.

En el aprender a decidir, me inspira un profesor de gestión que tuve en Venezuela, Adizes, que nos hacía notar que en español, la palabra tomar la decisión, tiene una connotación de fuerza, en cambio en inglés, la palabra es hacer una decisión, y en sefardí antiguo, la palabra que se usa es sentir la decisión. Nuevamente nos encontramos con la conexión con nosotros y lo que queremos. No parece casualidad que la palabra sentido, en el sentido de la vida y en sentir nuestras sensaciones sea la misma

En el taller de psicología tras personal de este fin de semana, Daniel Taroppio, nos presentó un esquema que me interesa reproducir para estos aspectos, de lo que nos pasa cuando vivimos en la desconexión de lo que sentimos y queremos

No percibo lo que siento..............................por tanto..
No hago lo que siento.............................................por tanto..
No se quién soy.......................................................por tanto..
No obtengo satisfacción con lo que hago.............por tanto..
Me frustro, me tenso, me alejo...........................por tanto...
pierdo autoconciencia .........................................por tanto...
No percibo lo que siento........................... por tanto...
No hago lo que siento..........................................por tanto...


y así se genera el desafío de salir de este círculo vicioso que hace que la toma de decisiones se nos transforma en un agobio. Esta forma de vivir desconectado, la caricaturizaba con Woody Allen en la pelicula Zelig

La propuesta de Taroppio, es recuperar nuestra capacidad de estar en contacto con lo que sentimos, desde ahí aprendemos a tomar decisiones como algo natural

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Raúl
Luego de leer, me queda el pensamiento profundo que la toma de decisiones pasa a ser una mera anécdota y que la real tarea es mantener viva, disponible y cotidianamente atenta la conexión conmigo o alma o centro o como se le quiera llamar.
Un abrazo.
Víctor Hugo

Anónimo dijo...

Hola Raul,

Inspirador, me ha gustado mucho reconectar con esa distinción de Kairos. La escuché hace tiempo pero se me quedo allí, en el baul de los recuerdos. Además me has dado una idea para algo que en cuanto tome forma escribiré en mi blog.

Sí, demasiadas veces perdemos muchas olas, paralizados sin saber cual coger, esperando estar completamente seguro de cual es la "ola correcta"

[Despues de leer tu post me encontré con esta noticia http://www.elpais.es/articulo.html?d_date=&xref=20050615elpepiult_1&type=Tes&anchor=elporsoc ]

Anónimo dijo...

Hola Raúl,
Me gustó mucho tu reflexión, quiero agregar que pienso que el exceso de miedo es fuente de desconección con el profundo sentido que permite ir sobre la ola de la vida en la que todo el tiempo estamos tomando decisiones.
Un abrazo.
Marco

Anónimo dijo...

Hola Raúl;

Escuche a una bella mujer que en una conferencia nos trasmitía que la FELICIDAD es atreverse a decidir algo.

Lo del profesor venezolano lo tomo como una triología y, si me la represento como un triangulo me queda con varias entradas y todas interconectadas:
sentir

tomar hacer;

si me la represento lineal, la secuencia que ordenaría sería: sentir, tomar y hacer.

Aprendo que decidir es una manera de vivir sin respuestas mecánicas sino conectados con nuestro ser, como dice Victor Hugo, y que nos produce la sensación de responsabilidad y de alegria.

Anónimo dijo...

bonita frase, pero hay casos que tienes que decidir muy rápidamente donde aunsentas tu ser, por miedo de morir!!!