23 septiembre 2005

La ilusión de la libertad sin consecuencias


En la empresa XX nos preguntábamos sin un nuevo programa de planes de acción de mejoramiento, debía tener una participación voluntaria o debería ser obligatoria

Por supuesto ambas posiciones tenían sólidos argumentos.

La conversación se zanjó con facilidad, la participación sería voluntaria. Este voluntariado no implicará que para la empresa es indiferente, sino que reconocería a aquellos que participan, distinguiéndolos de aquellos que no participan.

Si pocos o nadie participan, la empresa deberá reconocer que el plan presentado no resultó seductor para aquellos que intentó comprometer. Si por el contrario, algunos pocos deciden no participar, no podrán mas tarde, en caso que el plan resulte exitoso, reclamar de no haber sido considerados en el mismo.

Uno de los errores en que incurrimos en el ejercicio de nuestra libertad es pretender que cualquiera que sea nuestra decisión no tendrá costos. Decir NO tiene un costo, decir SI tiene también costo, distinto pero costo.

Somos la consecuencia de nuestras decisiones anteriores, concientes o inconcientes. Nuestro futuro depende de las decisiones que tomamos hoy, de las concientes o de las inconcientes. Tomar conciencia que siempre estamos tomando decisiones, es parte de un aprendizaje que podemos hacer

2 comentarios:

Maria Isabel Rojas dijo...

Estimado Raúl:
Esa es una buena práctica, tomar conciencia que siempre estamos tomando desiciones y estar dispuestos a asumir el costo que esas desiciones implican, así tampoco hay lugar a la victimización.

Anónimo dijo...

Me parece reconocer una antigua practica social, la del critico, que no hace nada, pero cuando hay que criticar ahi está presente. Tal vez si nos atrevieramos mas, si tuvieramos tolerancia al error y su frustración y nos reconocieramos humanos, podriamos hacernos mas participes, pero mientras esto importe ( la opinion del Critico ) no veo por donde el cambio.

Saludos