05 abril 2006

El placer de contactar a un maestro. Rafael Echeverría


Ayer tuve una grata y estimulante experiencia, asisto a un seminario de la Universidad del Desarrollo que promueve su Magíster en Desarrollo Organizacional y Recursos Humanos.

Mi interés fundamental es saludar a Rafael Echeverría, uno de mis maestros en la formación en el campo de la ontología del lenguaje, saludar a su esposa Alicia, y no menos importante beneficiarme de la curiosidad y rigurosidad intelectual del trabajo de Rafael. Mientras me dirigía al lugar no podía menos que recordar nuestras conversaciones, más de diez años atrás, donde Rafael reflexionaba acerca de la amenaza que podían sentir ciertos sectores mas tradicionales ante la radicalidad de las propuestas de la ontología, y constatar como son, varias ya, las universidades que incorporan el Coaching como parte de su propuesta.

Después de un calido abrazo después de 10 años, y ante un auditorio repleto, me maravillo de la fuerza y convicción con que Rafael expone los temas que ya me maravillaron hace 15 años atrás, recreándome y aprendiendo de la recreación que ha hecho en este período. Su charla da para varios post que espero elaborar con mas detalle en un futuro cercano, resumo los mayores impactos que me generó

Indica el aporte fundacional que tuvo para el Fernando Flores, y nos trae y aporta el trabajo que ha hecho otro chileno, Marcial Losada sobre los equipos de alto rendimiento, y su descubrimiento y sistematización a través de la teoría de los atractores conductuales, de la conectividad que se genera en ellos funcionado como un solo ser, me evoca el libro Sincrodestino de Deepak Chopra.

Me siento interpretado por su énfasis en lo que llama la gerencia de uno mismo, que me parece similar a lo que en varios post me he referido como liderazgo personal como una condición básica para el éxito de las organizaciones, me apasiona la fuerza con que habla del trabajo de Jim Collins, donde enfatiza el equipo por sobre el que hacer, y el liderazgo de nivel 5, un tipo de liderazgo que desafía las concepciones tradicionales del liderazgo carismático.

El enfoque de aprendizaje transformacional, en que nos rediseñamos profundamente me evoca el aprendizaje que hacemos desde los procesos de dolor, la habilidad de la resiliencia.

Finalmente cerró con el tema del escuchar, lo hizo con fuerza y pasión, con un llamado a aceptar la imposibilidad de cerrar la brecha entre el decir y el escuchar, y al mismo tiempo a trabajar para disminuirla, como una competencia fundamental para aumentar la efectividad y reducir el sufrimiento humano.

Me emocionó la interpretación que hace del frase del místico M Cordovero (siglo XVI), “el secreto de escuchar sublime es saber escuchar el bien”, donde indica que implica escuchar en cada persona su vulnerabilidad, no su maldad. Me evoca la concepción de la bondad fundamental del budismo, tan opuesta a la noción que nacemos en el pecado.

Me queda la belleza de reconocer(me) a partir de los aportes de otros, mostrando como pueden ser de nutritivas las relaciones humanas. Y como somos un eslabón de una cadena interminable hacia el pasado y hacia el futuro.

Gracias Rafael y espero verte en la entrevista de la belleza del pensar con Cristián Warnken

1 comentario:

Andrea Brandes dijo...

Raúl
La emoción de tu post se transmite.
Voy a tomar el libro de Echevarría y a releerlo. Hace algunos años lo fuí leyendo por partes, seguramente porque nunca antes había escuchado del tema, y parte de su lectura era para mi cómo el chino mandarín.
Me imagino el intenso abrazo después de diez años!
Cómo será de intenso el abrazo que nos demos nosotros los blogeros en diez años?