29 abril 2005

Los peligros de nuestros paradigmas acerca del poder

En mis clases en el Magister de Gestión Pública hemos explorado la fuerza de los paradigmas que nos poseen en la gestión, en particular aparece que nuestra cultura, especialmente en los que quieren ser "buenos", existe una repulsión al poder, y sin embargo quieren cambiar el mundo.

En esa interpretación el poder aparece en si como una cosa. Si la vemos como un juicio de capacidad diferencial de acción, la pregunta es sobre las acciones que queremos realizar, y como acumulamos poder para ello.

Desde hí surgen distintos tipos de poder. Hoy en día el poder de influir se muestra cada vez mas poderoso, frente al poder de la autoridad formal, que es sólo un tipo más de poder.

Ponerse en la ambición de generar poder para lograr lo que queremos lograr, nos genera sentido de vida y placer de vivir.

Terminamos conversando con los alumnos invitandolos a acumular poder para lograr esos objetivos nobles que persiguen, desde la etica de la nobleza del objetivo, los riesgos de abuso del poder se minimizan

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El poder, gran cuestion, debo decir que mi problema con el poder tiene que ver con el poder individual,este poder no es problema, no es conducente por si solo al cambio social

Gabriel Bunster dijo...

Buen punto. No tendrá que ver con esa formación de buenos contra malos en que uno quiere estar del lado de los buenos por supuesto; pero, el mundo está como lleno de malos que te afilan en el garage o te venden la pomada. Si hubiera mas rigurosidad en los compromisos, mas honestidad, mas espíritu solidario, mas .. todo eso, sería mucho mejor. Quizas falta ejercer mas el poder y no temerle para avanzar en ese sentido. Chao, me voy a un matrimonio.

Anónimo dijo...

Dos ideas: 1) la mala fama del poder la hacen quienes quieren profitar de el en soledad... Basta recordar el odio hacia "los politicos" que destilaban quienes se apropiaban de la politica en monopolio. 2) ojo con el fin y los medios: solo el fin puede justificar los medios, pero no hay fines que justifiquen cualquier medio.