Invitado por mis amigos de Brhama Kumaris asistí a una charla de Caroline Ward, una consultora de gestión, australiana, que nos habló de la obtención de la felicidad en una charla sólo para hombres, y al igual que en la charla anterior con el Dr. Prashant V Karode, quiero compartir mis notas. Estoy conciente que es mas largo que lo usual para un blog, pero no supe que frase excluir.
Partió destacando que la búsqueda de los valores, está teniendo un creciente auge en el mundo moderno, la contrapone a la búsqueda del éxito, del poder, en que normalmente estamos envuelto, especialmente los hombres y más aún si estamos en ambientes de negocios. Nuestra sociedad se caracteriza por muchas organizaciones exitosas en su poder de mercado y generación de utilidades, pero pocas que priorizan los valores y la felicidad.
Si preguntamos cuales son las razones por las que trabajamos, las respuestas más usuales derivan de obtener seguridad, que tiene implícito el temor a la muerte. En la búsqueda de la seguridad, dejamos afuera el goce de vivir, y transformamos la vida en mera supervivencia. No nos planteamos que la vida sea una diversión.
Señala lo curioso que resulta en el momento de la muerte, que en medio de la profunda tristeza que nos embarga, no surge de nadie la opinión que la persona podría haber trabajado más.
El sentido común que nos embarga, el contrato social de largo plazo, ha puesto el énfasis en el deber, en las obligaciones, dejando de lado el placer y las aspiraciones. El sueño máximo es comúnmente llegar al nivel más alto, estamos condicionados culturalmente a ello, eso nos genera un carácter competitivo en que estamos atrapados y no lo vemos. Es como el pez que no el agua que lo rodea, y por tanto no es capaz de apreciar lo tóxico que se le ha ido poniendo.
Cuando lo vemos y elegimos salir de este condicionamiento contaminado, nuestra energía deja de ser absorbida por el sistema, como en la película Matrix.
Para conseguir la felicidad, plantea que lo primero es quererla y creer que es posible. En la vida diaria, la jerarquía de valores está invertida, los deberes, las obligaciones, la seguridad la ponemos primero, y la felicidad después. El resultado es que no la logramos.
Indica que lo primero que requerimos es desapegarnos de los valores tradicionales, y después ver que valores privilegiamos.
Nos cuenta de su padre, muy apegado a los deberes, a las obligaciones, a generar seguridad, sus metas estaban en esa dirección, el resultado era que en la casa todo estaba muy normado, muchas reglas, era todo muy estricto, pero había poca calidez. Sin embargo no tenía paz, peleaba dentro de si mismo, padecía de stress, se refugiaba en el alcoholismo, fracasó su matrimonio.
Indica que sin embargo la vida genera oportunidades, llega ya sea en forma de pluma, ladrillo, camión o tren de acuerdo a nuestro nivel de apertura. A su padre le llegó en forma de camión con la perdida de su negocio, hoy prioriza la paz y la felicidad. No fue un camino simple, pasó por alcohólicos anónimos, y logró ver y sacarse su condicionamiento social. Encontrar su verdadero ser detrás del acondicionamiento que lo tenía atrapado.
Indica que en este camino, lo primero es valorar la felicidad, en lo que valoro pongo la atención, desde ahí hago las acciones, y con las acciones se generan los resultados que espero. No es un camino simple, al poner la felicidad primero, se me genera una batalla con el antiguo esquema, de esa batalla surge el compromiso de avanzar. Es posible practicar en cierto tipo de situaciones, donde podamos ver el conflicto donde se enfrenta la felicidad con la obligación.
Primero debo desapegarme de mis condicionamientos, después elijo la felicidad, de otra forma puedo tomar la felicidad como placer de corto plazo, sacrificando la integridad que es condición de felicidad, ya que los valores viven en una jerarquía, no son aislados.
Una de las contradicciones, conflictos que vivimos, es que tratamos de satisfacer necesidades internas profundas (paz, felicidad, seguridad, etc.) con soluciones externas, no funciona
Recomienda considerarse a si mismo como un laboratorio donde experimentamos, no que otros experimentan, salir de la pecera y ser un observador, el ser un observador nos ayuda a cultivar el desapego.
Indica que para los hombres, los varones, es mas complejo, ya que estamos condicionados socialmente por el medio externo, por las expectativas del medio, estamos orientados y se espera de nosotros que resolvamos problemas. En nuestro fuero interno creemos que somos diferentes de lo que proyectamos, y que eso nos pasa sólo a nosotros.
Reformular nuestra identidad no será fácil, no es felicidad de corto plazo, por tanto lo importante es gozar del proceso, de los logros que vamos alcanzando.
Preparar la tarea, la visión a alcanzar nos sirve de inspiración, nos genera el ánimo de tal forma que acometamos la tarea con pasión, con alegría, nunca como una carga adicional.
El vivir en el mundo, lo podemos usar como un reflejo de nosotros mismos, pero no somos ni dependemos del espejo.
Indica que el alma hace lo posible por retomar el estado de paz, nuestro ego trata de evitarlo, ese es el conflicto
Terminó indicando que estas conferencias son un llamado como una pluma, si no escuchamos vendrá el ladrillo, o el camión, o el tren.
Recordaba en esta conferencia el post que escribí sobre el tipo de líderes que necesitamos, unos que lo pasen bien en la vida, y reflexionaba como la mayoría de nuestros líderes políticos viven apegados al corto plazo, a su creencia de cómo es la política, y eso los atrapa y les impide tener la alegría que inspiraría a sus electores.
02 septiembre 2005
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1 comentario:
Gracias Raúl por compartir tus notas del encuentro que ustedes, un grupo de hombres, tuvo con Caroline; me servirá para complementar con las que tome del encuentro que tuvimos una treintena de mujeres con ella el primer fin de semana de Septiembre.
Ese fin de semana fue precioso y lo asocié a la canción de Silvio Rodriguez cuando canta:
"la era está pariendo un corazón,
no puede más se muere de dolor y,
hay que acudir corriendo si es preciso,
por vivir".
Lo primero que queria comentar se refiere a que la busqueda de la felicidad no me parece evidente en nuestras vidas. El derecho a la felicidad está pendiente como conquista colectiva y personal.
Lo segundo, es que en la educación, solo en la pre-básica se plantea curricularmente la creatividad y la felicidad de los niños; pero en el paso al nivel de la educación básica se produce un trauma y lo que se impone es una voz que repite "disciplina" y " conocer repitiendo mucho", dejando la felicidad y la creatividad para nunca jamas!. En este caso, la falta de pensamiento critico y autónomo afectará las posibilidades de transformar y crear el mundo que nos toca vivir y lo que toca a nosotros mismos.
Lo tercero es que la incertidumbre que nos toca vivir o, la necesidad de CREAR de manera más permanente nuestros proyectos de vida echa por tierra las identidades tradicionales de la primera socialización en donde lo que prevalece es "yo soy lo que tu dices que soy", pero también arraza con las identidades que se forjan en la rebelión de cuando emerje " yo no soy lo que tu me dices que soy" y, en donde se emplea un coraje y energia considerable.
La creatividad, la innovación nos colocan frente a la pregunta qué quiero ser?, quíen soy?, qué me hace feliz?; se abren entonces las posibilidades de tomar contacto con el ser profundo de cada uno de nosotros.
En el camino de aprender a ser, parece haber una clave que se refiere a cómo desapegarnos de lo que nos separa de nuestro ser y este ejercicio abre el poder de, valga la redundancia, poder ser.
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