21 julio 2005

El miedo a escribir en los blogs, lecciones desde Mandela y de Jesucristo

Desde que empecé a escribir en los blogs, donde me entusiasmé como medio de conversar con amigos y clientes acerca de los temas que me encantan. Me ha llamado la atención las dificultades para escribir de algunas personas, personas que estimo inteligentes y que sin duda podrían aportar mucho, y sin embargo toda su locuacidad desaparece al intentar escribir, ya sea su propio blog o un simple comentario en mi blog, me lo expresan sólo personalmente.

Hoy lo veo como el miedo a aparecer, a exponerse, escribí un artículo sobre el tema, sin relacionarlo en ese momento con los blogs, hoy lo veo como una expresión del mismo fenómeno. En una charla hoy sobre los blogs, una amiga me preguntaba si lo que escribía, podía después borrarlo, lo curioso es que esta duda era antes de escribir nada.

Lo puedo entender como miedo a aparecer, refrenarse por la creencia que debe escribir solo "temas inteligentes, interesantes", pretención que impide aparecer y aportar al mundo potencial que lo lee, el Ser que es el, lo ensencialmente que somos. Este no aparecer, ¿esconderá una verguenza del Ser que soy?

Me viene a la memoria el discurso de Mandela, que nos llama a no esconder nuestra luz, y recuerdo la parabola de los talentos que nos enseño Jesucristo, donde nos indica que se nos pedirá cuenta por los talentos que no hemos desarrollado. Recuerdo asimismo, un profesor que me indicaba que para los primeros cristianos, los de catacumbas, ese era precisamente el concepto de pecado, las habilidades, el talento no desarrollado.

Mi experiencia es que aparecer, sólo me ha traido beneficios, me ha segurizado. Adelante

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Don Raúl, estoy de acuerdo en todo con usted, pero además quisiera agregar el miedo al cambio y a los conflictos que tiene la gente, todos creen que hacer y lograr cosas nuevas le traerán cambios y conflictos.

Cúanta gente en los trabajos toman roles pasivos, lo he vivido en reuniones a nivel de gerencia, donde a la salida me han comentado "Me hubiera gustado plantear esto o lo otro", pero sin embargo, no hacer nada se ha convertido en una opción válida y viable en la cultura de la mayoría.

Quiero agradecerle su tiempo y los temas que abarca en su blog me han resultado de mucha ayuda.

Unknown dijo...

Gracias Jaime
Me hace sentido el miedo al cambio, yo puse miedo a aparecer, después de tu nota agrego el miedo al compromiso, al escribir me comprometo con lo digo, y con las acciones que se generan.

Creo que además de ver lo que otros hacen, el tema es elegir como quiero vivir yo mi vida.

Tito Flores C. dijo...

Profesor Herrera:
Primero, le doy las gracias por los comentarios que ha realizado a mis post. Me han servido mucho para volver a reflexionar sobre mis ideas y para tratar de mejorar continuamente la forma en que las expreso.
Respecto de su post, desde mi perspectiva, el miedo que describe, se relaciona con el temor a comprometerse con los propios juicios. Al ponerlos por escrito, es ineludible hacernos cargo de aquello que decimos. Tal vez por eso su amiga se preocupaba de saber si podía echar pie atrás.
De "esconder la mano" luego de haber lanzado la piedra.
He de reconocer que cuando escribo, mi estado emocional es de incertidumbre. Dos son los motivos de aquello. Primero, saber si a alguien le interesará leer mi texto. Segundo, saber qué reacción provocará: aceptación o rechazo.
Para mi, un gran aprendizaje a través de los blogs, ha sido justamente, reconocer esta emoción y poder "controlarla" para la acción.
Saludos

Maria Isabel Rojas dijo...

Estimado Raúl:
Cuando, por sugerencia de don Fernando Flores, me decidí a escribir en un blog en un comienzo pensé “no tengo nada qué escribir” y después pensé “eso es lo mismo que decir no tengo nada de qué hablar”, siempre me ha gustado conversar y compartir con mi familia y amigos lo que aprendo, también lo que encuentro curioso, interesante, novedoso, entonces me di cuenta que sí tenía mucho qué escribir y para un círculo más grande de personas, alguna vez lo soñé, aúnque confieso que no pensé que se haría realidad.
Saludos