01 julio 2005

El deber, el tener, Un enemigo del trabajo con pasión

Después de escribir mi blog Una invitación a vivir el trabajo con pasión, me he encontrado con varios blogs que tocan el tema desde distintos puntos.

Fernando Flores lo ha tocado en varios artículos, uno en la traducción del discurso de Steve Jobs que invita a encontrar eso que amamos, y otro titulado Estar vivo, donde invoca bellas palabras de Juan Cruz con un homenaje al silencio, a Neruda con su invitación a no vivir en la rutina y a evitar riesgos, llama a amar nuestro lado oscuro como condición para vivir.

En Recorramos juntos de Camilo Herrera, cita la misión de los creadores de Flickr, donde basándose en un capitulo del libro de Fernando Flores, indican su decisión de trabajar en torno a lo que les apasiona.

En nuestro medio, el gran enemigo que puedo detectar a este vivir con pasión es la concepción del deber, frases "es lo que tengo que hacer", o "debo hacer" son frecuentes. Al pronunciar estas frases se nos escapa la conciencia que todo lo que hacemos lo hacemos en definitiva porque queremos, aunque esto sea quedar bien con el jefe, o que en definitiva mi máxima felicidad sea cumplir con lo que estimo mi deber.

Si lográramos tener conciencia de cual es el objetivo que buscamos detrás del "tengo que" o del "debo", aparecemos nosotros y desde ahí podemos revisar si realmente queremos hacer lo que estamos haciendo, y si hay otras opciones para el logro del mismo objetivo.

En muchas charlas de altos dirigentes públicos y de empresas me ha tocado escuchar frases como "no pude asistir porque me llamó xxx y nosotros los ejecutivos no podemos decir que no", y en esta frase escucho, "lo que quiero realmente es complacer a mi jefe y preferí eso a estar acá" o "le tengo tanto miedo a mi jefe que preferí ir", invito al lector a ofrecer otras interpretaciones de lo que escuchan. Posiblemente no sea políticamente correcto decirlo, personalmente prefiero no escuchar ese tipo de excusas, el silencio puede ser mejor que mostrarse como víctima.

Me es frecuente en sesiones de coaching encontrar personas que reconocen que no saben lo que quieren, comparto con ellos que mi propio proceso ha sido ir generando las ganas de vivir con mas pasión, desde ahí voy aprendiendo. Recuerdo la inspiración que fue para mi el libro de Víctor Frank, "el hombre en busca de sentido", donde muestra que generar una razón para vivir, es lo le salva la vida en un momento de extrema desesperación

Cada día al estar mas alerta a no hacer las cosas por que debo, o por que tengo, sin al menos agregarle el contexto, "tengo que hacer esto para tal objetivo que quiero", me permite agregar pasión a lo que hago, y de esa forma aprender a vivir con pasión se transforma en un proceso de aprendizaje, al alcance de cada uno de nosotros

Como dice Daniel Taroppio, el miedo a vivir termina por impedir vivir

2 comentarios:

Gabriel Bunster dijo...

Comparto tus argumentos y me ha tocado vivir ese fenómeno de estar cableados para priorizar la manera correcta de sentir y pensar, y no darme permiso para sentir lo que estoy sintiendo, y asi desarrollar una negación del propio ser y al final transformarnos en algo .. bien comportado.
Romper con esto o intentarlo en algunos ambitos significa, asegurado, problemas con el resto. Vivir desde la pasión, en Chile, es mal visto.
Por ello apoyo esta visión a favor de la pasión y agradezco tu refuerzo a esa dirección.

Anónimo dijo...

me cuesta despojarme del deber ser, y también me ha pasado que actuando desde ese rol y al verlo se me aparece el sentido básico de por qué lo hago y he podido descubrir cuando tiene o no sentido para mi.
en este ultimo tiempo he quebrado transparencias, no ha sido fácil para mi, sin embargo puedo decir que estoy viviendo una vida mas auténtica y más apasionada, donde siento que se me va la vida.